El parque el Recorral en Rojales se convierte en un ejemplo de biodiversidad y un espacio idílico para el asentamiento de aves, anfibios, reptiles y mamíferos
En el año 2018, el Ayuntamiento de Rojales e Hidraqua pusieron en marcha una nueva infraestructura que permitiera minimizar los vertidos al parque natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja producidos por las depuradoras durante los episodios de tormenta. El carácter diferenciador de esta infraestructura hidráulica es que se ejecutó pensando en crear una solución de las llamadas ‘infraestructuras verdes’. Se trata de construcciones que solucionan un problema hidráulico, a la vez que se integran en el entorno y, en este caso, generan una nueva zona natural para uso y disfrute de los vecinos de la zona.
En concreto, en el parque El Recorral se construyeron 5 lagunas, de más de 5.000 m3 de capacidad, que funcionaban como un humedal y servían también para almacenar y distribuir el agua regenerada y se llevó a cabo una gran intervención paisajística, consistente en la realización de plantaciones de arbolado y plantas arbustivas que se dispusieron a lo largo de los caminos o recorridos que acompañaban la zona de las lagunas.
Desde su apertura, el Ayuntamiento de Rojales e Hidraqua han seguido trabajando en esta nueva zona natural. El fin último era poder configurar este espacio, además de como área recreativa, como zona de conservación y de compromiso con el medioambiente.
El riego de todas las zonas verdes a través de agua regenerada, agua depurada sometida a tratamientos específicos para su reutilización, la instalación de cartelería a lo largo de todo el parque y la plantación e introducción de nuevas especies vegetales y animales, son tan solo algunos ejemplos de esta labor.
Por un lado, con el fin de integrar todas las lagunas en el ambiente y dotarlas de naturalidad, se ha realizado una actuación de bioingeniería donde, mediante el uso de mallas de coco y vegetación lacustre en los taludes, se ha creado un entramado de vida y un incipiente ecosistema.
Diferentes especies vegetales acuáticas componen ahora el paisaje de las lagunas, haciendo hincapié en una utilización casi exclusiva de especies autóctonas originarias del levante valenciano. Se puede encontrar entre esta vegetación masiega, juncos y junquillos, aneas, lirios de rio, salicarias, mentas de agua y nenúfares.
El paisaje y el agua han atraído a multitud de otros seres vivos que dependen de ella para vivir por lo que nuevos habitantes como a aves, anfibios, reptiles, mamíferos e invertebrados se han instalado y prosperan en esta zona. Se pueden encontrar fácilmente aves como el ánade real, zampullín chico, gallineta de agua, focha común, garcilla cangrejera, garceta común, andarríos chico y lavanderas blancas. Anfibios como la rana común, discretas durante las horas y meses de más calor, resultan inconfundibles por su sonoridad durante los meses de la primavera. Ahora en verano, llaman la atención las diferentes especies de libélulas y caballitos del diablo que pueblan la superficie del agua.
Ya en tierra se encuentra una incipiente y muy joven comunidad de árboles de rivera junto a cuatro de las lagunas secundarias y siguiendo el curso del agua, donde los sauces, alisos, arces, fresnos, olmos, viburnos, saucos, adelfas, sauzgatillos y álamos blancos crean ambientes umbríos y protegidos para acoger nueva fauna y hacer más acogedor el paseo durante los días más calurosos del año.
Al alejarse de los ambientes acuáticos la vegetación se hace más resistentes a la sequía y se han plantado especies exclusivamente mediterráneas con pinos, romeros, jaras, tomillos, lentiscos, lavandas, espartos, albardín, albaidas, retamas, genistas, coronillas, valerianas rojas. Esta plantación sobre una amplia superficie del parque ha tenido una finalidad paisajística, educativa y a la vez de contención de la erosión y de protección del suelo. Toda esta flora, seleccionada por ser mediterránea y tener un bajo requerimiento hídrico y soportar la sequía de verano, se ha implantado mediante el riego con agua regenerada y tratada convenientemente con origen en la depuradora.
El bosque existente y la vegetación mediterránea implantada son en realidad otro paisaje y el hogar de otro grupo de animales. Pequeños mamíferos como conejos y murciélagos aprovechan las horas de menos luz para visitar el parque y aves como los cernícalos, palomas torcaces, pájaros carpinteros (pito real) y golondrinas y aviones durante los meses estivales.
Con el objetivo de colaborar en la preservación de la biodiversidad y en colaboración con el departamento de ictiofauna de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Desarrollo rural y Emergencia Climática, está previsto la suelta y creación reserva de una población de dos peces autóctonos como son el cacho valenciano y el barbo gitano.
Toda esta información se traslada a los visitantes a través de la cartelería que se ha instalado a lo largo del parque, en la que se describen las actuaciones llevadas a cabo y permiten interpretar los ambientes recreados e identificar la mayoría de los nuevos habitantes vegetales o animales que se han incorporado recientemente.
La solución técnica
Las obras incluían mejoras en las depuradoras existentes de Lo Pepín I y II, Doña Pepa y la construcción de depósitos anti-tormenta, capaces de almacenar y retener el exceso de agua durante las lluvias evitando vertidos. Además, en estas depuradoras se instalaron tratamientos avanzados para mejorar e incrementar la producción y almacenamiento del agua regenerada.
Los efectos de la DANA
Este espacio, que se convirtió en un lugar de referencia para los vecinos de la zona, quedó dañado tras la DANA sufrida en el mes de septiembre en la Vega Baja.
Desde entonces, la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, a través de la Dirección General del Agua; el Ayuntamiento de Rojales e Hidraqua han trabajado para volver a la normalidad la zona.