El proyecto GUARDIAN inicia los trabajos de gestión forestal para la prevención de incendios en 37 hectáreas del Parque Natural del Turia

Esta labor corre a cargo del socio Medi XXI GSA, equipo de ingeniería ambiental especializado en este campo, con el apoyo de la Universitat Politècnica de València

GUARDIAN es el proyecto financiado por la UE para aumentar la resiliencia ante los incendios en la Interfaz Urbano-Forestal del Parque Natural del Túria. Para la creación de estas áreas defendibles contra el fuego forestal, el proyecto contempla el uso de agua regenerada para establecer líneas defensivas húmedas a través de la creación de cortafuegos verdes, trabajos silvícolas clásicos, como el desbroce, la poda del arbolado, o el clareo de árboles enfermos, dominados o que aportan una densidad excesiva, así como la eliminación de cañaveral. En total, en los próximos meses se gestionarán más de 37 hectáreas de carácter estratégico con el objetivo de evitar que un fuego urbano propague al Parque Natural, y de que un fuego en el Turia o sus inmediaciones afecte las zonas pobladas.

Según destaca Antonio Del Campo, profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, “a partir de los principios físicos que rigen el triángulo del fuego, la modificación del combustible (vegetación) afecta y modula el comportamiento y los efectos del incendio y los costes de extinción. El combustible forestal se puede modificar mediante tres procesos: reducción o disminución de la carga de combustible disponible; conversión por el cual unos combustibles son reemplazados por otros con distinta inflamabilidad y aislamiento o fragmentación, consistente en aislar grandes compartimentos de combustible mediante fajas/áreas cortafuegos verdes. En realidad, estos procesos se solapan en la práctica de la selvicultura preventiva”.

De ahí que, la primera parte de los trabajos que desarrolla el equipo de Medi XXI GSA implique aclarar la masa forestal, que presenta una alta densidad al proceder de la regeneración natural de incendios anteriores. Esta densidad de árboles por hectárea supera en muchas ocasiones el óptimo y genera graves problemas de competencia y enfermedades, reduce la infiltración a los acuíferos y además incrementa considerablemente el riesgo de incendio en una zona tan sensible. El objetivo es alcanzar un equilibrio que garantice la continuidad del bosque, mejore la infiltración, mitigue los efectos del Cambio Climático y además, ayude en la prevención de incendios.

En la segunda fase del trabajo, se  plantarán más de 2.000 plantas de especies mediterráneas autóctonas de menor combustibilidad (fresno, boj, serbal, lentisco, mirto o durillo, entre otros) que actuarán, junto con los riegos prescritos, de cortafuegos verdes. Con esta combinación de actuaciones se trata de prevenir el impacto de incendios de alta intensidad contra las zonas pobladas y de evitar que un fuego urbano escape a zonas forestal.

 

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Según añade Del Campo, “dentro de los tipos de incendios forestales, son especialmente graves los incendios de copas, que son los que tienen mayor severidad y causan mayor impacto en los ecosistemas y las sociedades humanas. Estos fuegos se producen cuando un incendio de superficie crea suficiente energía para precalentar y quemar combustibles vivos muy por encima del suelo”. Asimismo, añade que “los planteamientos de base física que corroboran esta afirmación, son los que han dado lugar a los cuatro principios de bosques resistentes al fuego (Agee y Skinner, 2005). Estos principios incluyen la reducción de los combustibles de superficie o arbustos bajos, el aumento de la altura de la copa viva, disminuir la densidad de copas del arbolado, y el mantenimiento de los árboles grandes, más resilientes al fuego por sus copas más altas y corteza más gruesa”.

 

Con estas acciones preventivas y de autoprotección en caso de que se produjera un incendio forestal, la presencia de estas especies irrigadas y la infraestructura hidráulica asociada permitirá a los Servicios de Emergencia tener capacidad de defensa del área antes de que el fuego a las edificaciones. Del mismo modo, si el fuego se produce en el área de las casas, encontrará una franja de protección con capacidad de retardar una rápida propagación a la zona forestal, protegiendo así el Parque Natural del Turia. Para estos trabajos Medi XXI GSA ha contratado un refuerzo de especialistas forestales formado por 10 personas, que bajo la dirección de personal experto en ingeniería ambiental y con apoyo de la UPV han iniciado los trabajos para la reducción del riesgo de incendio en las proximidades de las urbanizaciones de la zona parque fluvial tanto de Riba-roja como de Paterna.

Los incendios forestales, tal como se han conocido hasta ahora (frecuencia, estacionalidad, intensidad, etc.), están sufriendo un profundo cambio motivado, entre otros factores, por el cambio climático. Así, se prevé que los grandes incendios serán, si no se toman medidas, cada vez más frecuentes e intensos, y, por tanto, más peligrosos para la población y el medio natural. GUARDIAN contribuye a mitigar esta situación generando un paisaje más resiliente y más seguro, para la naturaleza, y para sus  habitantes.

Proyecto GUARDIAN

El proyecto GUARDIAN, financiado al 80% por la Unión Europea (Urban Innovative Actions) y focalizado en el área de contacto entre la trama urbana y forestal de los municipios de Riba-roja y Paterna dentro del Parque Natural del Turia, nace de la necesidad de disponer de una alternativa en un contexto de emergencia climática a los modelos clásicos de defensa de zonas pobladas frente a los incendios forestales. Los socios aportan con recursos propios el 20% restante del presupuesto. El Consorcio GUARDIAN está formado por el Ayuntamiento de Riba-roja del Túria, el Ayuntamiento de Paterna, Hidraqua, Cetaqua, la Universitat Politécnica de Valencia, la Universitat de València y la micro-pyme Medi XXI GSA de Carcaixent. El proyecto cuenta, además, con la colaboración de la Generalitat Valenciana.